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Instalaciones Fotovoltaicas (Paneles Solares)
Las instalaciones fotovoltaicas utilizan la radiación solar como energía primaria para la producción de energía eléctrica.
La instalación fotovoltaica está compuesta por un conjunto de módulos solares encargados de transformar la radiación solar en energía eléctrica de corriente continua (CC). Estos módulos se disponen sobre una estructura fija o con seguimiento solar, orientada y con la inclinación óptima para maximizar la captación de energía a lo largo del año. La energía generada por los módulos se conduce a un inversor, encargado de convertir la corriente continua en corriente alterna (CA) apta para su uso en la red interna de la vivienda, industria o para su vertido a la red eléctrica. El sistema incorpora protecciones eléctricas en corriente continua y en corriente alterna —incluyendo fusibles, seccionadores, protecciones contra sobretensiones y interruptores automáticos— para garantizar la seguridad y el correcto funcionamiento de la instalación
Según el tipo de sistema, la instalación puede ser:
-Autoconsumo conectado a red, con o sin vertido de excedentes.
-Aislada, con banco de baterías y regulador de carga.
-Híbrida, combinando producción solar con otras fuentes de energía.
La instalación incluye asimismo el cableado adecuado, canalizaciones, sistemas de puesta a tierra y, en su caso, equipos de monitorización que permiten visualizar la producción, consumo y estado general del sistema en tiempo real.
El conjunto se diseña conforme a la normativa vigente, garantizando la eficiencia, seguridad y durabilidad de la instalación, así como un óptimo aprovechamiento de la energía solar disponible en la ubicación.
Mantenimiento Instalaciones Solares
El mantenimiento de una instalación fotovoltaica tiene como objetivo garantizar su correcto funcionamiento, maximizar la producción energética y prolongar la vida útil de todos los componentes. Este mantenimiento incluye tanto tareas preventivas como correctivas, realizadas de forma periódica según las condiciones ambientales y el tipo de instalación.
1. Inspección visual de los módulos
Se revisa el estado físico de las placas solares para detectar:
* Roturas, microfisuras o delaminaciones.
* Ensuciamiento excesivo por polvo, polen, excrementos de aves u otros elementos.
* Presencia de sombras imprevistas.
* Estado de marcos, tornillería y estructuras de soporte.
2. Limpieza de los paneles
La limpieza se realiza con agua y utensilios no abrasivos para eliminar suciedad que pueda reducir la eficiencia. La frecuencia depende del entorno (zonas agrícolas, industriales, costeras, etc.).
3. Revisión eléctrica
Incluye:
* Comprobación de tensiones e intensidades en corriente continua.
* Verificación del correcto funcionamiento de inversores, reguladores y protecciones.
* Revisión de conexiones, aprietes y ausencia de puntos calientes.
* Inspección de fusibles, seccionadores e interruptores automáticos.
4. Comprobación de estructuras y anclajes
Se verifica la integridad mecánica de la estructura de soporte, el apriete de tornillería y la estabilidad frente a viento o vibraciones.
5. Monitorización y análisis de rendimiento
Se revisan los datos de producción y se comparan con valores esperados para detectar posibles pérdidas de rendimiento debidas a fallos ocultos, degradación o sombreados.
6. Mantenimiento correctivo
Incluye la reparación o sustitución de componentes deteriorados como cables, conectores, módulos o inversores, asegurando la continuidad del servicio.
Cargadores Vehículos Eléctricos
Implementación de uno o varios puntos de recarga destinados a suministrar energía a vehículos eléctricos o híbridos enchufables. Estos equipos se integran en la red eléctrica existente y se dimensionan según la potencia requerida, el tipo de uso (doméstico, comercial o público) y las características de la infraestructura disponible.
El sistema está compuesto por un punto de recarga (EVSE) que puede ser de carga lenta, semirrápida o rápida, dependiendo de la potencia instalada. El cargador incorpora protecciones internas, sistemas de gestión de la carga y, en muchos casos, conectividad para monitorización remota, control del consumo y balanceo dinámico de potencia.
Para su funcionamiento seguro, la instalación incluye un circuito eléctrico dedicado desde el cuadro general o subcuadro, equipado con protecciones específicas como interruptor diferencial tipo A o tipo B según normativa, magnetotérmico adecuado, protección contra sobretensiones y, cuando procede, sistemas de gestión energética para evitar sobrecargas en la red del edificio.
El cableado se realiza siguiendo las normas de seguridad vigentes, empleando conductores y canalizaciones dimensionados para la potencia de carga. La puesta a tierra del sistema se comprueba para garantizar la seguridad del usuario y evitar riesgos eléctricos.
En instalaciones comunitarias o de uso público, el sistema puede integrar contadores individuales, comunicaciones OCPP, control de acceso mediante tarjeta RFID o aplicaciones móviles, y mecanismos de reparto dinámico de potencia entre varios puntos de carga.
La instalación se completa con las pruebas de funcionamiento, verificación de protecciones y comprobación del cumplimiento de la normativa aplicable, asegurando un uso eficiente, seguro y fiable del punto de recarga.

